En Tulancingo, primero, y en Mineral de la Reforma, después, no pasó desapercibido el abucheo al precandidato de Morena al Senado de la República, Cuauhtémoc Ochoa Fernández.
Especialmente en el mitin a un costado de la avenida que divide a Pachuca con Mineral de la Reforma, el repudio a Ochoa Fernández se sintió con vehemencia. Sí, el abucheo, pero también las altas pancartas que le exigieron a Claudia Sheinbaum Pardo no avalar la imposición de un político, asalariado del exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, e integrante añejo del viejo régimen priísta.
En el atardecer metropolitano, cuando Sheinbaum Pardo presentó al precandidato al Senado, el repudio de la base morenista fue notorio. Después, al hablar de los principios propuestos por Regeneración Nacional sobre «no traicionar al pueblo», se elevó el «¡Fuera Ochoa! !Fuera Ochoa!» por el lapso de un minuto.
Unas horas antes, en Tulancingo, el momento fue similar. Al levantarse con la intención de recibir el aplauso del morenismo congregado, lo que Cuautémoc Ochoa se llevó fue un «!Buuu!» generalizado, seguido de gritos de «!Fuera!». Todo, ante los ojos de Claudia Sheinbaum.
¿Morena resistirá al repudio a su precandidato? ¿Estará dispuesto a pagar el costo político de llevar como nominado a un reconocido alfil del viejo régimen?
