Levantó olas el anuncio de la incorporación de la política mexiquense Alejandra del Moral a la campaña de Claudia Sheinbaum Pardo. Estamos hablando de una persona que, hasta hace tres semanas, refrendaba su apoyo a la candidata presidencial del PRIAN, Xóchitl Gálvez. Una persona que fue presidenta del PRI en el Estado de México; directora del BANSEFI en la administración federal de Enrique Peña Nieto; secretaria de Desarrollo Económico en el gobierno estatal de Alfredo del Mazo Maza y candidata a la gubernatura por el PRI y el PAN. Aún más: se trata de uno de los alfiles más recientes y talentosos del Grupo Atlacomulco, la histórica oligarquía priista que saqueó, reprimió y acribilló al pueblo de la entidad por más de cincuenta años y le hizo la guerra a la izquierda. Del Moral significa Arturo Montiel, Peña Nieto, la familia del Mazo y Hank González. Implicada en una trama de corrupción de más de 5 mil millones de pesos con empresas fantasma, por cuya investigación fue secuestrada la periodista María Teresa Montaño.
¿Por qué Sheinbaum la incorporaría a su campaña? ¿Por qué ahora? ¿Por qué así? ¿Por qué ella, ellos? Algunos análisis señalan que se trataría de una maniobra para acorralar al PRI de Alito Moreno antes de las elecciones. Que la llegada de Del Moral fue operada por uno de los hijos del presidente López Obrador. Que Sheinbaum necesita reforzar su estructura electoral en el Estado de México, uno de los más importantes en porcentaje de votos en el país, ante el avance de ciertas mafias y grupos disidentes a Morena. Todo esto puede ser cierto o no, aunque, de hecho, se acerca bastante a la realidad. Esto mas el trato siempre benevolente que López Obrador ha tenido con el exgobernador Alfredo del Mazo y con el mismo expresidente Peña Nieto, a quien no quiso investigar y de hecho salvó de la justicia estadounidense al interceder por el general Salvador Cienfuegos quien ya estaba detenido en Los Angeles, acusado de tener vínculos con el narcotráfico.
No sabemos y quizá nunca sepamos la trama que une a AMLO con Peña Nieto y, de ahí, al nuevo aparente pacto entre Morena y el Grupo Atlacomulco. Es un hecho que éste ha beneficiado a Morena que ya se hizo con la gubernatura del Estado de México y, sin duda alguna, ayudará a Sheinbaum para reforzar su ventaja para convertirse en la próxima presidenta del país. También, puede que impulse a las candidaturas de la 4T para ganar todas las representaciones mexiquenses al Senado y a la Cámara de Diputados y Diputadas federal, con tal de posibilitar las probables reformas pendientes por el movimiento, como el famoso Plan C. Y es posible que, de esto último, se trate todo esto. Una maniobra de alto pragmatismo en beneficio de un objetivo superior. ¿Valdrá la pena? Dependiendo a quien se le pregunte. Quienes aman y calculan los tejes electorales, sin duda dirán que se trata de una maniobra extraordinaria de ajedrez político. Quienes han peleado y dado su sangre por la democracia en el Estado de México dirán que es una traición a décadas de lucha social.
