Las personas No Binarias son aquellas que viven con una identidad de género más allá del binarismo «hombre» y «mujer»; es decir, no se consideran y se oponen a que se les identifique como hombres o mujeres; son algo más o ninguna de las dos: son No Binarias.
Su identidad, además de válida, es legal. En México, documentos oficiales como el pasaporte o la credencial para votar consideran el género No Binario para identificar a una persona que así se registre. No es algo «imaginario», ni una «moda», como así lo opinan los sectores conservadores.
En Hidalgo, desde el año 2022 está vigente una Ley para el reconocimiento de las personas No Binarias. Se trata de una base en el marco legal del estado que debería distender más derechos en los Códigos de la entidad, para que lo que las leyes establecen se materialicen en la realidad.
De acuerdo con el INEGI, de una o dos personas de cada diez, mayores de 15 años, declaran tener una identidad de género distinta a la asignada en el nacimiento. Se trata de personas involucradas en el sistema educativo, civil, familiar, político y económico que, no obstante, viven como ciudadanxs de segunda categoría porque no todos sus derechos están garantizados.
Al menos, son tres aspectos urgentes que en Hidalgo hay que establecer para poder garantizar una base mínima de derechos en favor de las personas No Binarias:
Uno, el reconocimiento de su identidad en el Código Civil y, por tanto, en el Registro Familiar del Estado de las Infancias Trans y No Binarias. Es una pena que las familias hidalguenses y sus integrantes menores de 18 años deban acudir a amparos federales o tramitar en la Ciudad de México la corrección de la identidad de género en actas de nacimiento y otros documentos oficiales expedidos por el Estado.
Dos, la Ley de Infancias Trans. Es decir, un marco legal que protege la identidad y los derechos de las personas Trans y No Binarias menores de 18 años en escuelas, familias, instituciones públicas o todo ámbito de la vida pública y privada de la entidad.
Tres, homologación y adaptación de todo servicio público para la inclusión de las personas Trans y No Binarias. Por ejemplo, la construcción o asignación de baños inclusivos en oficinas públicas, sobre todo del Ejecutivo estatal y municipales así como instituciones educativas y de salud.
Por supuesto, la lista de pendientes es mucho más larga y exhaustiva. Sin embargo, con este piso mínimo podría garantizarse la vida y la libertad de lxs hidalguenses No Binaries. La pregunta es: ¿Hay voluntad política?