Hablemos de los cajones azules de los estacionamientos, asignados para personas con discapacidad. Si bien es cierto que los vemos por toda la ciudad, es evidente que, en su mayoría, son ocupados de manera errónea. Pero, ¿por qué pasa esto?
La in-cultura, el desconocimiento y la falta empatía, impide medir la importancia de las cosas. Quizás a ti que estás leyendo esto, alguna vez te ha pasado por la mente un “voy de rápido”, “no me voy a tardar” ,“no hay otro lugar”; así, podríamos mencionar un sinfín de frases que intentan justificar esta acción, pero al final y en cuestión de segundos ya estás estacionado en un cajón azul.
La conciencia sobre el derecho a la movilidad de personas con discapacidad ha facilitado la inclusión y el acceso a lugares públicos. Pero en México existen aproximadamente 5 millones 739 mil 270 personas con discapacidad, y estas cifras, inevitablemente, irán en aumento. Impactante, ¿verdad? Imagina todos los accesos que tienen que existir para cubrir las necesidades de esta población.
Desafortunadamente de poco han servido las acciones de inclusión, pues no van acompañadas de difusión y otras actividades que expliquen claramente para qué están siendo aplicadas. En repetidas ocasiones, aun cuando hay señalización sobre espacios exclusivos para personas con discapacidad, frecuentemente es violado su derecho a la accesibilidad, pues se tiene la idea de que estos lugares sólo están colocados para cumplir con ciertas normas o están de adorno.
No se trata de culpar a la sociedad, más bien de reconocer que hay un profundo desconocimiento de las consecuencias de violar este derecho. Por ejemplo, ¿sabías que existen multas que van desde los 3 mil hasta los 200 mil pesos por estacionarse en un cajón azul, sin necesitarlo realmente? Poco se sabe sobre esto y caemos en una zona de confort. “No pasa nada”, dicen algunos, afectando considerablemente a quienes sí lo necesitan.
Tal vez también desconoces para qué son las líneas azules a los costados de estos cajones. Déjame platicarte que estos espacios laterales tienen medidas específicas, para colocar una silla de ruedas y facilitar el traslado de la unidad a la silla o viceversa, lo que implica que, si en estas líneas se estaciona una mente inconsciente, es evidente que una persona con discapacidad no podría subir o bajar de su auto.
Por eso es importante que meditemos un poco; que la próxima vez que tengas frente a ti un cajón azul y no lo necesites, te preguntes si realmente quieres ocupar ese lugar. Quizá no encontremos un cambio de la noche a la mañana, pero empecemos poco a poco. Cuando veas un cajón azul desocupado, evita una multa y no lo pongas en riesgo.