MÉXICO — La afamada J.K. Rowling fue excluida del vigésimo aniversario del estreno en cines de la saga de fantasía Harry Potter, de cuya obra literaria original es autora. La exclusión obedece a la abierta transfobia de la escritora, quien, en 2020, se burló en redes sociales de las «personas que menstrúan» y defendió los espacios «de un sólo sexo».
La escritora inglesa justificó sus palabras en un artículo diciendo que en su pasado había sufrido violencia machista, pero remató publicando que sus miedos no los olvida «cuando se trata de personas transgénero».
Por supuesto, grupos de ultraderecha defendieron a Rowling alegando misoginia; sin embargo, no era la primera vez que la autora expresaba su desprecio hacia las personas trans. De hecho, al menos como escritora, tiene una historia documentada de odio transfóbico. Dos ejemplos:
«Rowling ahora usa Twitter, su blog y sus novelas para esparcir transfobia.»
El primero es que, antes de tener un nombre famoso, Rowling publicó bajo el pseudonimo de Robert Galbraith, en honor a Robert Galbraith Heath, un psiquiatra inglés de mediados de siglo XX, quien impulsó las «terapias de conversión» en homosexuales.
Este médico estaba convencido de que la homosexualidad se podía «curar» mediante terapias electroconvulsivas y otros métodos que, sin objeto de estudio real, devenían en tortura psiquiátrica.
El segundo ejemplo es que, bajo el pseudónimo de «Robert Galbraith», Rowling publicó una novela de misterio titulada «Sangre turbia», basada en un detective que pesca a un hombre feminicida «que se viste de mujer»; es decir, su antagonista es un asesino, en efecto, y es una persona trans.
Al respecto de todo esto, la periodista de The Daily Beast, Laura Bradley, sentenció:
«Rowling ahora usa Twitter, su blog y sus novelas para esparcir transfobia. Y, quizás la ironía más amarga de todas es que, cada vez que lo hace en forma de libro, se las arregla para sacar provecho de ello, todo bajo el apodo de hombre».
