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sábado, diciembre 21, 2024

Crónica – CUMPLEAÑOS y DESPEDIDA de dos ‘Freddie Mercury’

“¿Es esto la vida real?
¿es solo fantasía?
Atrapado en una avalancha
Sin escape de la realidad,
Abres los ojos,
Miras a los cielos y ves,
Solo soy un pobre chico,
No necesito compasión
Porque tan fácil como vengo me voy…”. —Freddie Mercury, «Bohemian Rapsody»

PACHUCA. —Entre pejeluches, tazas con la imagen de Andrés Manuel López Obrador, empujones de guaruras insensibles y abucheos al PRI, el pueblo de Hidalgo celebró la toma de protesta del primer gobernador emanado de Morena, Julio Menchaca Salazar.

A un lado del palacio de gobierno, pintado con el color guinda de Morena, el gobernador Julio Menchaca tomaba posesión del cargo bajo la mirada complaciente de la orgullosa estatua de Benito Juárez.

Afuera de la carpa en la que Menchaca Salazar asumió la gubernatura, acompañado por lo más selecto del gobierno de la 4T, un surreal sincretismo entre capitalismo de banqueta y fervor de izquierda de la ciudadanía se manifestaba en una celebración simbolizada por juguetes de peluche con la efigie del presidente López Obrador.

Los pejeluches de tamaño mediano rebasaban los 160 pesos, unas tazas con la caricatura sonriente del presidente y la alteración del logo del gansito costaba 40 y, por 10 pesos, se podía comprar un “Amlito” de llavero.

Los había de plástico y de tela, y el pueblo los compraba con un fervor cariñoso. Junto, había camisetas y gorras de Morena entre toda una parafernalia comercial que no tenía tanto éxito como los «amlitos» y los «pejeluches».

Prácticamente era imposible entrar al evento debido al fuerte operativo de seguridad que filtraba el acceso a la carpa a través de tarjetas de colores, lo que dejó fuera a colectivas, invitadas e invitados especiales que se dirigieron desde entidades circunvecinas como la Ciudad de México.

Adentro de la carpa, el ahora gobernador Julio Menchaca Salazar, asumía el cargo flanqueado por las “corcholatas” morenistas a la presidencia de la República, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, el canciller Marcelo Ebrard Casaubón y el secretario de gobernación Adán Augusto López en representación del presidente Andrés Manuel López Obrador.

A un lado, la crema de la dirigencia de Morena compuesta por el presidente del comité ejecutivo nacional Mario Delgado, de la secretaría general Citlali Hernández, así como de la senadora Olga Sánchez Cordero y la diputada federal y presidenta de la comisión de diversidad, Salma Luévano Luna.

Los aplausos del pueblo hidalguense hacia la estructura morenista se replicaron con fuerza desde los puestos de gorditas y antojitos que estaban colocados a unos metros de la carpa, donde los políticos morenistas realizaban su pasarela que, al mismo tiempo, fue el rito funeral para el priismo.

Sin embargo, la caja de resonancia urbana más fuerte no fue hacia los aplausos de la gente por las y los rockstars de Morena sino por el abucheo que replicaron hacia los ex gobernadores del PRI, Manuel Ángel Núñez y Francisco Olvera que, en un mal cálculo político, decidieron exponerse al funeral de su partido.

“¡Fuera el PRI, fuera el PRI!”, gritaban tanto quienes no tenían la tarjeta verde o gris para entrar a la carpa como quienes asistieron espontáneamente al evento y que seguían desde la calle las pantallas en las que desfiló lo más selecto de la extinta priicracia.

Uno de los recolectores de rechiflas, mentadas y abucheos fue el alcalde priista de Pachuca, Sergio Baños Rubio, quien es señalado de encubrir el caso de violencia de género de su regidor consentido, César Nieto, hacia la coordinadora de grupos de atención prioritaria y diversidad del municipio, Irazú Escobar.

Pero las burlas no solamente golpearon la cara de los priistas. Cuando anunciaron la presencia del líder del senado, Ricardo Monreal, los abucheos del pueblo hidalguense resonaron desde la banqueta.

“¡Aviéntenle un pejeluche para que aprenda el traidor!”, gritó una vendedora con un pin de Morena y que ofrecía muñequitos con la imagen del presidente López Obrador con descuento especial.

“¡Este es mejor que el Simi y le va a doler más!” replicó otro vendedor recordando la práctica de arrojar los famosos muñecos de la farmacéutica al escenario de cantantes de pop. “No mames, este no lo aviento” respondió una joven que acababa de comprar su muñeco de AMLO vestido de traje, corbata y banda presidencial.

Entre la diversidad de burlas hacia los priístas desde la banqueta resaltó una muy peculiar dirigida al gobernador saliente Omar Fayad por parte de jóvenes que desayunaban y se tomaban selfies con el fondo de la carpa: “¡Ese mi Freddie, échate una rapsodia!”.

Entre carcajadas, una joven gritaba a la pantalla donde aparecía el último Gobernador del PRI, quien es visto como el ‘Freddie Mercury’ hidalguense por su bigote y su corte de pelo similares al cantante de Queen.

Y es que, como ironía, sarcasmo o venganza de Mercury, el PRI murió en Hidalgo de la mano de Fayad justo en el día del cumpleaños número 76 del cantante y autor de la “Rapsodia Bohemia”, el 5 de septiembre.

Al término del evento, cuando los políticos se retiraban, comerciantes empezaron a rematar algunos de los souvenirs. Los ansiados pejeluches bajaron de precio de 160 a 140 pesos y, en un puesto improvisado en la banqueta, llegaban a ofrecer gratis un sombrerito pintado con la leyenda «Viva México» en la compra de un AMLO de juguete.

Mirando a los asistentes que se retiraban, un hombre indígena de huaraches y mirada sonriente ofrecía, esperanzado, llaveritos con la fotografía del primer gobernador de Morena, Julio Menchaca, por 10 pesos, al tiempo que decía con una sonrisa enmarcada por sus arrugas: “Viva Menchaca. Ahora sí nos va a ir bien. Es un honor estar con Obrador“.

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