El expresidente estatal del PRI, José Antonio Rojo García de Alba, ha sido visto, al menos dos veces, saliendo de la sede del Gobierno del Estado; la última de ellas, este miércoles 9 al rededor de las tres de la tarde, comentan.
Las visitas del hijo menor de la dinastía Rojo tienen contexto en las recientes versiones que lo separan definitivamente de su militancia en el Revolucionario Institucional, cuyo Partido lo ha mantenido en el ostracismo durante dos sexenios. Ni candidaturas, ni posiciones. El último juego que tuvo el político fue como delegado en Hidalgo de la fracasada campaña presidencia de Xóchitl Gálvez Ruíz. Antes de eso, delegado del Comité Ejecutivo Nacional priista entre 2022 y 2023, apoyando la candidatura, también fallida, de Carolina Viggiano Austria a la gubernatura del estado.
En aquella campaña comenzó a rasgarse en lazo que lo unía al PRI. El desgaste de una candidatura que fue monopolizada por Viggiano Austria y su esposo Rubén Moreira, mantuvieron al de Huichapan fuera de las decisiones políticas y estratégicas. Aún así, Rojo esperaba ser considerado para las elecciones de 2024, pero eso no ocurrió. Desde entonces, aumentaron sus diferencias con las dirigencias estatal y nacional, quedando definitivamente relegado de la vida partidaria.
De modo que en estos días, algunas versiones mediáticas lo colocan como la próxima flamante adquisición del partido Movimiento Ciudadano. Su incursión al partido naranja estaría siendo negociada con el vetusto cacique de esa organización, Dante Delgado Rannauro y su actual presidente nacional, Jorge Álvarez Maynez.
Pero las versiones de los últimos días podrían colocar a José Antonio Rojo en una posición inesperada: el gabinete del gobernador Julio Menchaca Salazar.
Son amigos. Ambos fueron considerados cartas fuertes a la candidatura a gobernador en el 2005; Rojo, siendo presidente estatal del tricolor, y Menchaca, entonces, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Hidalgo. Luego, construyeron una mancuerna exitosa durante la LIX Legislatura (2005-2008) donde Rojo García de Alba fue presidente de la Junta de Gobierno y el actual gobernador, entonces en las filas del PRI, fungió como titular de la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales. Trabajaron iniciativas de avanzada. Una de ellas, la despenalización del aborto por cinco causales. Y dicen que el hijo menor del exgobernador Jorge Rojo Lugo, no ocultó del todo su favoritismo hacia su amigo durante las elecciones del 2024, sobre todo, en la región Huasteca.
¿Estas serían razones suficientes para colocarlo en el actual gabinete? Todo puede pasar, sobre todo si arrecian los vientos de cambio que podrían soplar entre el próximo informe del gobernador Menchaca y el fin de año. Y quizá las versiones que ubican a Rojo en MC no son más que una estrategia de desmarque del PRI, para no desgastarlo con un brinco inmediato a Morena.
Y si llega, ¿qué? ¿Sería mal visto porque viene del PRI? La verdad, es que esa parece ya no ser una razón válida en la actual conformación de la 4T. De hecho, el fin de semana pasado, el actual presidente del Senado y eminente integrante del movimiento, Gerardo Fernández Noroña, se pronunció a favor de la llegada a Morena de elementos antiguos del PRI y del PAN. Y subrayó: «Se integran para asumir nuestras posiciones y no al revés».
Y de suceder así, el gabinete del gobernador ganaría un personaje de sobrada experiencia política en una alineación que urge por eficacia. Aunque también encenderla la furia de las bases morenistas que reclaman la falta de cuadros de izquierda en toda la actual administración. Conoce el estado y vaya que sabe tejer sus entretelones. ¿Lo veremos ahí o los rumores, en efecto, cobrarán color naranja?
