Apoyó con todo en su municipio, Villa de Tezontepec, la campaña a la gubernatura del hoy mandatario Julio Menchaca. Dos años después, organizó brigadas con su propios recursos para apoyar la candidatura de la presidenta Claudia Sheinbaum. Esto le valió notoriedad entre la 4T y, con esas credenciales, buscó ser candidato de su partido, Morena, a la alcaldía de la localidad; pero los tan socorridos «equilibrios» —eufemismos para no confesar los intereses que se traducen en cuotas políticas—, lo relegaron de esa posibilidad. Entonces, Miguel González Bautista se apuntó como uno más de los morenistas desperdiciados que encontraron un espacio en el Partido del Trabajo para competir. Y ganó.
Este domingo 27 cumplió uno de los puntos de su agenda progresista al organizar la Marcha del Orgullo LGBTTTIQ+ en su municipio. No sólo se trató del único evento público realizado en Villa de Tezontepec en torno al mes de la diversidad, sino que también, Miguel González Bautista, fue el único gobernante de Hidalgo en comprometerse con esta conmemoración, financiándola y encabezándola, junto a integrantes de su administración, en un evento al cual asistieron personas regidoras de otros Ayuntamientos, como Tizayuca y Pachuca, así como diputadas y diputados de la Comisión especial de diversidad sexo-genérica del Congreso del estado. Obviamente, acudió pueblo del lugar. Y fue en domingo, el día más importante para el turismo y la economía municipal. Las calles estaban llenas.
Esto es un ejemplo para las y los alcaldes de la 4T. Les gusta llenar (cuando les conviene) sus redes sociales de mensajes de apoyo a la diversidad sexo-genérica y simulan acciones en su favor; pero no otorgan recursos, ni tienen voluntad política para emprender acciones contundentes en favor de la población LGBTTTIQ+ de sus municipios. Ya no digamos, salir a la calle y encabezar la causa. Cuestión de hipocresía política pues, los postulados de Morena, bien clarito, piden acciones al respecto. Es que «la opinión pública»; es que «no conviene». Ese doble estándar que llevó al partido guinda a no postular a González Bautista y terminar perdiendo ante él. Si no hubiera sucedido así, con la importancia histórica y política que tiene su Marcha del Orgullo para los derechos humanos, se hablaría de Morena-Hidalgo en todo el país. Pero prefirieron a «los equilibrios».