El fin de semana vivimos la segunda edición del festival literario ‘Fuimos Todas’, un encuentro de mujeres escritoras, académicas y periodistas del estado de Hidalgo que compartieron sus textos y algo más: la consigna común de que, para que el mundo sea mejor, las mujeres deben escribirlo.
Por su tablón se expusieron todo tipo de poemas, narraciones y ensayos en un ejercicio único en el estado, en tanto que otros festivales literarios «de mujeres» cuentan con el apoyo de instituciones consolidadas como la UNAM, ‘Fuimos Todas’ abraza la colectividad como esencia de su ejercicio.
Y demuestra que las mujeres no sólo escriben —-si es que fuera necesario aclararlo—, sino que también desafían los cánones literarios hechos por hombres y que se convierten en política cultural que atenta contra el devenir artístico de ellas. Las «monstruosas» como alguien atinó a describir, frente a la misoginia exacerbada del director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, quien quedaría mudo ante la demostración de poder creativo que se ejerció en este festival.
Su mero hecho de existir, demuestra que las mujeres que escriben hacen todo para ellas mismas, casi siempre sin el apoyo institucional de los gobiernos estatales o federales, abocados a dar becas o premios sin ton, ni son. Por tanto, es una patente de la urgencia de políticas culturales que apoyen la creación literaria femenina (intrínsecamente feminista), acaso, un poco de voluntad política para publicarlas y difundirlas.
Puesto que si alguien dudaba de que en Hidalgo hay mujeres escritoras, el festival ‘Fuimos Todas’ lo demuestra; aún más: quiebra los anacronismos culturales y sostiene que, si ha de ser el «tiempo de mujeres», que lo sea también en la literatura.
