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jueves, marzo 28, 2024

Opinión: El arzobispo Domingo Díaz Martínez

. ¿Seguirá siendo la Arquidiócesis de Tulancingo un bastión de la “gobernabilidad”? Llegado de la Diócesis de Tuxpan, el arzobispo Domingo Díaz Martínez, llega a una demarcación tan compleja como llena de problemas vocacionales, producto de una constante entre los sacerdotes por remarcar la separación Iglesia-comunidad. El hecho ha desatado inconformidades entre un amplio sector laical de la Diócesis de dicho municpio, que ve en algunos representantes de la prelatura local ánimos de discriminación.

Por Luis Alberto Rodríguez / Desde Abajo

La llegada del nuevo arzobispo de Tulancingo, Domingo Díaz Martínez, abre brecha a diversas interrogantes sobre el papel que desempeñará el prelado al frente de la Catedral que en la guerra de Reforma combatió al presidente Benito Juárez.
Llegado de la Diócesis de Tuxpan, Díaz Martínez llega a una demarcación tan compleja como llena de problemas vocacionales, producto de una constante entre los sacerdotes por remarcar la separación Iglesia-comunidad. El hecho ha desatado inconformidades entre un amplio sector laical de la Diócesis de Tulancingo, que ve en algunos representantes de la prelatura local ánimos de discriminación.
No obstante, Díaz Martínez tiene la oportunidad de subsanar conflictos existentes entre sacerdotes y laicos en esa demarcación religiosa, al tiempo que permita que los cotos de poder se disuelvan y den pie a que en las diferentes regiones que conforman el territorio diocesano se eleve el diálogo y se limpies asperezas.
Pero llaman la atención las prioridades pronunciadas por el nuevo arzobispo. Según lo dijo en su homilía de presentación, en primer lugar de su interés se encuentran los sacerdotes ¿Es esto un mensaje alentador cuando la Arquidiócesis (y la Iglesia mexicana en general) aún no logra salir de una importante crisis de credibilidad hacia los sacerdotes, por parte de la feligresía?
También, exige la defensa de la “verdadera familia”. Habría que preguntarle al nuevo arzobispo cual es su consideración efectiva al respecto, en un estado donde el 6 por ciento de hogares están compuestos por familias diversas y otro 30 por ciento por parejas en amasiato ¿Habrá Iglesia hidalguense para las familias que no son “verdaderas”?
En tercer lugar de prioridades, Díaz Martínez colocó a los jóvenes (suponemos que quiso incluir aquí a las jóvenes, también). Este alto prioritario en el proyecto del nuevo arzobispo le presenta serios retos:
Tras la muerte del padre Rafael Lazcano, ex-coordinador general de la Pastoral Juvenil Diocesana y creador de los planes de evangelización para jóvenes de mas de 40 municipios de Hidalgo, Veracruz y Puebla que comprenden el territorio diocesano de Tulancingo, se enrraizaron factores de división entre los sectores parroquiales y sucedió un desencanto entre los y las integrantes de grupos juveniles por el afianzamiento de los grupos auspiciados por el sacerdote difunto.
Eliminar las diferencias de clase entre algunas parroquias como las existentes entre Pachuca, y estas con las de Actopan y Huauchinango, Puebla y algunas de la Sierra hidalguense-verzacruzana, de la zona Otomí- Tepehua, también sería un punto de referencia al trabajo a ras de comunidad, que podría realizar Díaz Martínez.
Y en último lugar de su interés, expuso a los “pobres”. En último por orden de jerarquía, en un estado con más del 80 por ciento de población con pobreza económica, patrimonial y alimentaria. Esto, sin duda, nos da una referencia que se espera conforme avance su jetatura, cambie radicalmente, puesto que la Arquidiócesis, continuará en su estado de aburguesamiento y burocratismo inoperante.
Ante ello, le seguirán ganando la ´partida los sacerdotes progresistas de la Diócesis de Huejutla, que mediante acciones concretas de defensa de la tierra, la cultura, la comunidad y los derechos humanos, le han puesto el ejemplo a su homóloga de Tulancingo sobre lo que debe ser el verdadero trabajo evangélico y que, por supuesto, tanto ha incomodado al Gobierno del Estado.
¿Seguirá siendo la Arquidiócesis de Tulancingo un bastión de la “gobernabilidad”?
Sobre estos sacerdotes indigenistas, vale la pena cuestionar a Díaz Martinez, si a ellos se refirió al decir que no llegó a dictar “doctrinas sociológicas”. Al tiempo.

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