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jueves, marzo 28, 2024

La venganza del cacique; Sosa Castelán, enemigo de la crítica

. Las razones que tuvo el jefe del Grupo Universidad y cacique universitario, Gerardo Sosa Castelán, para echar de forma violenta al doctor Pablo Vargas González como miembro investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), son dos: sus nexos con el columnista Miguel Angel Granados Chapa y su propia la labor académica.

Por Luis Alberto Rodríguez / Desde Abajo


Sosa Castelán. Cacique Universitario (foto:Especial)

Pachuca, Hgo., México.- El martes 3 de enero del 2006, justo cuando comenzaraban las labores administrativas en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH); el director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu), Adolfo Pontigo Loyola, despidió al doctor en ciencias políticas, Pablo Vargas González, de su puesto como investigador del Centro de Estudios de Población, bajo los argumentos de ser “comunista» y “perredista», haciéndose valer de dos efectivos de seguridad de la casa de estudios.

La acción contra Vargas González, tuvo motivos políticos, según relataron los periodistas los días siguientes a la separación.

La más comentada fue la de una “revancha» del ex rector, y dirigente del Grupo Universidad, Gerardo Sosa Castelán –hoy diputado federal por el PRI-, a razón de las labores académicas del investigador, quien, antes de la elección de candidato a gobernador en el tricolor, efectuadas en diciembre del 2004, publicara una encuesta sobre la intención del voto de los universitarios hidalguenses que en nada favorecían al entonces dos veces precandidato: Gerardo Sosa.

En lunes 26 de abril del 2004, Pablo Vargas González publicó un suplemento especial en el semanario “Aljibe», la intención del voto de los estudiantes de la UAEH, Universidad La Salle y Tecnológico de Monterrey Campus Hidalgo rumbo a la elección a gobernador del 20 de febrero del 2005, en un trabajo denominado “Sondeo de Opinión Pública; Osorio, Sosa y PRI, preferidos por universitarios (Encuesta preelectoral UEOP-CCH)», en el que Gerardo Sosa Castelán pierde la elección interna del PRI por 11 puntos de diferencia ante Miguel Osorio.

Lo que verdaderamente enfureció a Sosa Castelán, fue que Vargas González, aún coordinador del cuerpo académico de Ciencias Políticas de la UAEH para entonces, evidenció en su trabajo que los estudiantes de la máxima casa de estudios del estado no aceptaban la figura del ex rector como posible candidato a gobernador por el PRI y más aún, que rechazaron en ese momento que ocupara la máxima magistratura estatal.

Según las gráficas, los universitarios de la UAEH, ULSA y Tec de Monterrey, veían entonces a Miguel Angel Osorio Chong con “mayor posibilidad de ser el próximo gobernador del estado de Hidalgo» con una intención de voto del 38.5 por ciento, por encima de Gerardo Sosa Castelán que obtuvo un 25.2 por ciento.

Y concretamente en la UAEH, los estudiantes ubicaban a Osorio Chong como el que mayor posibilidad de ser gobernador tenía con un porcentaje de 41.1 por ciento, once puntos porcentuales arriba de Gerardo Sosa Castelán quien obtuvo un 29.1 por ciento.

Gerardo Sosa Castelán habría dejado pasar primero la definición de la elección a gobernador donde Miguel Osorio Chong obtuvo el triunfo y que éste, como el nuevo ejecutivo, se asentara, y que él mismo con los dirigentes priístas “negociara» la nueva posición que asumiría dentro del sistema y que finalmente resultó ser la dirigencia del PRI, para pensar en “sus asuntos» de la universidad.

Ya en condiciones, el también ex presidente de la desaparecida FEUH, habría orquestado la destitución de Juan Manuel Camacho Bertrán como rector de la UAEH y la colocación de Luis Gil Borja en su puesto; el ascenso de Adolfo Pontigo Loyola como director del ICSHU en lugar de Gerardo Martínez Martínez, dejando su lugar vacío como encargado de la Dirección de Control Escolar puesto que ahora ostenta Julio Cesar Leines.

La elaboración y consolidación de todos estos movimientos, le tomaron al líder del conocido Grupo Universidad un año exactamente para que, finalmente, el 3 de enero del 2006 le quedara tiempo para la destitución de Pablo Vargas González, en tiempos en los que Sosa Castelán busca ser candidato a senador por el PRI y a tres meses exactamente de que el Consejo Universitario de la UAEH elija nuevo rector.

La gota que derramó el vaso

El hecho que consumó el cese de Pablo Vargas -y que de alguna u otra manera “le recordaron a Gerardo (Sosa) su pendiente con Pablo»-, fue la precandidatura de Irma Eugenia Gutiérrez Mejía al senado de la República por el PRD.

La doctora Gutiérrez Mejía, es amiga y colega del Vargas González -ambos miembros del Sistema Nacional de Investigadores-, y que Gerardo Sosa Castelán habría encontrado en esto el “pretexto perfecto» para la destitución del investigador de manera abrupta.

Sosa negociaría con el también precandidato perredista al senado, José Guadarrama Márquez, “el freno» a la campaña de Gutiérrez Mejía quien con el apoyo de Vargas González estaría “tomando vuelo» en su intención política, por ser ésta, además, amiga personal del candidato del PRD a la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador.

Esta versión también fue expresada a nivel nacional por el periodista hidalguense Miguel Angel Granados Chapa en su columna “Plaza Pública» del 6 de enero de el año anterior, con quien Gerardo Sosa Castelán mantiene pública enemistad; misma que lo han llevado a demandarlo por prologar el libro “La Sosa Nostra», autoría de Alfredo Rivera Flores -a quien también acusa-, que documenta los abusos y perjuicios del hoy presidente estatal del PRI a lo largo de su carrera política.

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