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viernes, abril 19, 2024

El estigma como arma de la «guerra sucia»

. Xóchitl Gálvez, aunque asegura que la suya es una candidatura ciudadana, no se atreverá a tocar con claridad el tema del matrimonio gay, no sólo por el estigma social sino porque el PAN es el partido más interesado en su postulación.

Por Víctor Espíndola*

Hace una semana, la aspirante a la gubernatura de Hidalgo, Xóchitl Gálvez Ruiz, interpuso una denuncia penal por los delitos de difamación y uso indebido de imagen, luego de se distribuyeran papeletas con su foto y una leyenda obscena. Las pruebas presentadas por Xóchitl Gálvez fueron panfletos con supuestos pronunciamientos suyos a favor del matrimonio gay y del uso del condón.

Más allá del análisis político que merece el caso, el hecho de que los promotores de la campaña en contra de la ex comisionada para la Atención de los Pueblos Indígenas utilizaran temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo y el uso del condón en pos del desprestigio político, revela la preeminencia del estigma social en el imaginario colectivo y, por tanto, su pertenencia en el arsenal político.

No son pocas las ocasiones que para dañar la imagen pública, el atacante le achaque una orientación sexual diferente o una libertad sexual desmedida a su opositor. Y es que se piensa que de esta manera se disminuirá la intensión de voto a favor del señalado o señalada. Lo hizo el entonces candidato presidencial Vicente Fox, cuando en un juego de palabras nombró “La vestida” a su contrincante Francisco Labastida Ochoa, y lo han seguido haciendo otros aspirantes al poder público, lo mismo en elecciones municipales que estatales y federales.

El 4 de julio de este año, en los estados de Hidalgo, Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Durango, Chihuahua, Aguascalientes, Zacatecas, Tlaxcala y Baja California se llevarán a cabo comicios para gobernador, diputados y ayuntamientos, a excepción de Baja California, ya que en éste solo se votará por diputados y ayuntamiento.

Con semejante calendario electoral, no se descarta que públicamente o desde la clandestinidad, la diversidad sexual sea un tema protagonista, aunque no necesariamente como debe ser, es decir, dentro de una plataforma política o una agenda de gobierno, sino por el contrario, en el escenario de las acusaciones y señalamientos.

Dado que la “guerra sucia” está prohibida según las leyes en la materia, posiblemente no puedan identificarse a quienes utilicen el estigma como arma política; pero lo que sí deben hacer las instituciones que protegen los derechos humanos y las organizaciones civiles, es mantenerse alertas y exigir que la reproducción de conceptos discriminatorios no sea utilizada en la contienda electoral.

Por otro lado, como ya lo hemos visto en nuestra Historia, otros que intentarán incidir en la competencia entre candidatos y partidos son los ministros de culto religioso. Del mismo modo, quienes vigilan el desarrollo democrático de los comicios, pero también quienes trabajan en diversidad sexual, deberán denunciar en las instancias correspondientes cuando algún sacerdote o publicación religiosa llame a votar o no votar por razones de la agenda LGBT.

En el caso de Hidalgo, una investigación titulada “Homofobia en Hidalgo, historia de una omisión”, realizada por el activista Alejandro Ávila, como parte del libro “Hidalgo, la memoria contra el olvido”, expone un panorama estatal sombrío en materia de diversidad sexual y presenta un contexto histórico milenario, que bien podría describir algunos argumentos escuchados hoy en día por nuestra muy ilustrada clase política.

Según lo reporta Milenio Diario, Alejandro Ávila plantea que aunque actualmente una gran mayoría de legislaciones no considera a la homosexualidad un delito e incluso, algunos protegen por ley los derechos de la diversidad sexual, la estigmatización histórica ha logrado que la discriminación se extendiera a los espacios laborales, escolares, familiares y otros ámbitos cotidianos de la sociedad, convirtiendo a la población LGBT en blanco constante de todo tipo de ataques (entre ellos los de la clase política desinformada y desinteresada en el tema).

Si la señora Xóchitl Gálvez Ruiz, con alianza o no, pretende gobernar Hidalgo, no sólo debe hacer caso omiso a quienes la señalan como solidaria a la comunidad LGBT, sino que debe pronunciarse clara y contundentemente a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo. Sin embargo, es casi un hecho que, puesto que el PAN es el partido más interesado su postulación, la empresaria y ex funcionaria federal no le entrará al tema, con lo que estará perpetuando el estigma.

Expiatorio

Son culpables el PAN y sus aliados de continuar con una campaña de discriminación y de homofobia mediante consultas y encuestas técnicamente tendenciosas y además con anomalías reportadas por los ciudadanos y los medios de comunicación. Es culpable el Partido Acción Nacional de dar la espalda a la protección de las minorías y de gastar el dinero público en actos que lo alejan del verdadero interés público. Es el caso, probado y comprobado, de los dirigentes partidistas César Nava y Mariana Gómez del Campo.

* Fuente: agencia Anodis.com http://anodis.com/nota/15426.asp

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