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jueves, marzo 28, 2024

Muere Arturo Díaz Betancourt, histórico líder de la diversidad sexual en México

En el Distrito Federal no se podrían entender los avances en derechos humanos sin su presencia y visión. Asimismo, la reflexión sobre la necesidad de una ley que otorgara derechos a parejas del mismo sexo, como es la Ley de Sociedades de Convivencia, de la cual él formo parte del equipo que ideó dicha ley.

Arturo Díaz Betancourt

México, DF (NOTI ESE).– Nuestro querido compañero Arturo Díaz Betancourt nació el 7 de abril de 1956. Su infancia y juventud la vivió en el barrio de Tepito, en el centro de la Ciudad de México. Sus estudios primarios los hizo en escuelas públicas de la zona del centro de la capital del país.

Estudió Teología en el Centro de Estudios Eclesiásticos donde escaló cargos en el área de Asesoría Política y Análisis de Medios. Es en esos años donde nuestro compañero aprendió mucho sobre estrategias políticas, estrategias de medios y aspectos relacionados al ejercicio del poder de la Iglesia católica.

Posteriormente desertó de esa institución eclesiástica, entre otras cosas por defender su orientación sexual y sus convicciones de lucha social que esa institución no le garantizaban, por lo que se integró a la licenciatura de Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) donde se licenció, para posteriormente hacer un postgrado en Análisis Político en la Universidad Iberoamericana.

En 1982 fundó un grupo denominado Logos con la misión de hacer trabajo de reflexión y difusión sobre orientación sexual y derechos humanos en la UNAM.

Una de sus primeras incursiones en la lucha de la diversidad sexual fue como impulsor del grupo Cálamo, espacios y alternativas comunitarias, AC, en donde fungió como Coordinador General, precisamente en los años en que el sida empezó a cobrar decenas de vidas en la comunidad gay de los años 80. En 1987 coordinaba el Comité de Prevención y Salud en hombres gay, impartiendo talleres de sexo seguro en dicha organización y eventualmente en el bar El Taller.

En 1988 colaboró en la constitución de un comité de Prevención y Salud, para difundir información sobre prevención en escuelas preparatorias, universidades y espacios de convivencia de la comunidad gay.

Durante su gestión como Presidente de Mexicanos contra el Sida se elaboró la Cartilla de los Derechos Humanos de las Personas que Viven con VIH/sida en un proyecto conjunto con el CONASIDA, Sociedad y Sida y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el primer Encuentro de Organizaciones no Gubernamentales con trabajo en Sida.

Un producto comunicacional que surgió de ese trabajo fue la producción de la radionovela “Rocío, una mujer de nuestro tiempo”, estelarizada por Diana Bracho, donde se relató, desde una perspectiva de derechos humanos, la realidad que viven las mujeres con VIH y las implicaciones culturales de la discriminación.

Desde inicios de los años 90 asesoró diversas organizaciones civiles con trabajo en sida en los estados y durante 1995 trabajó en el CONASIDA con la misión de abrir el Departamento de Vinculación con las organizaciones en ese rubro de toda la República. Un producto de ese trabajo fue la creación de un primer directorio nacional de Organizaciones No Gubernamentales, que logró aglutinar a decenas de organizaciones de todo el país en un fin común.

En enero de 1993 trabajó en la Secretaría de Desarrollo Social – SEDESOL, en el área de Análisis Político.

En octubre de 1994 funda, junto con Alejandro Brito, Carlos Bonfil, Manuel Figueroa, Carlos Monsiváis y Arturo Vázquez el suplemento Letra S, en el periódico El Nacional. Este espacio de comunicación, fue de alguna manera la continuidad de otro gran suplemento: Sociedad y SIDA, del cual también formaba parte como periodista y miembro del consejo editorial.

Su trabajo dentro de estos espacios de comunicación siempre fue con la mirada política de trasformar imaginarios desde los medios de comunicación e incidir en políticas públicas a través de la reflexión inteligente y abierta sobre temas relacionados a la discriminación. Si bien no era periodista, llegó a escribir artículos sobre VIH/sida y derechos humanos, tolerancia religiosa y sida, además de capacitar a cientos de periodistas en los últimos 15 años en estos temas.

Fue Arturo Díaz quien animó al equipo del suplemento Letra S para que se constituyeran como una organización civil. Es así que en 1995 se funda la Asociación Civil, cuyo nombre es: Letra S, Sida, Cultura y Vida Cotidiana A.C., a la cual dedica su experiencia sin vacilaciones y desde donde Arturo articula con el equipo diversos proyectos sociales de incidencia política.

Arturo Díaz Betancourt participó en la mayoría de los Congreso Nacionales sobre VIH/sida, siempre llevando una mirada crítica de las políticas públicas y del actuar de los funcionarios públicos.

En el ámbito internacional participó en el primer encuentro internacional de Organizaciones no Gubernamentales con trabajo en Sida en París (1989), donde se fundó el Consejo Internacional de Organizaciones con servicio en Sida–ICASO. Asimismo, fue miembro de ASICAL y otras redes latinoamericanas sobre VIH/sida, en donde asesoró estrategias de incidencia política y de medios de comunicación.

Entre 1996 y 1997 asesoró un programa de Migración y Sida para la SEDESOL de Oaxaca. Y en 1998 fue Coordinador de la Campaña de Prevención del VIH/Sida en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, en la parte educativa. Su ímpetu lo llevó a realizar trabajo operativo los viernes y sábados en espacios de convivencia gay con un grupo de entusiastas jóvenes.

En 1998 se crea la Comisión Ciudadana Contra los Crímenes de Odio por Homofobia (CCCOH), un proyecto de Letra S que conceptualmente ideó Arturo. Para el trabajo operativo, convocó a estudiantes de la UAM Xochimilco y la UNAM. Arturo siempre creyó, al igual que Carlos Monsiváis, otro gran impulsor del proyecto, que la homofobia tenia que ser denunciada, pues ésta es “el perro guardián del machismo”.

En 1999, no existían espacios para el desarrollo personal, emocional y social de adolescentes y jóvenes gays en instituciones públicas, sólo bares y discotecas. Y mucho menos existía, para los familiares, ya que la discriminación era más exacerbada. Los adolescentes, jóvenes y padres no contaban con información sustentada y desprejuiciada.

Por eso, en 1999, Arturo Díaz inició el “Grupo de Jóvenes Gays y Familias por una Comunicación Asertiva”, basado en el proyecto “Chicos como tú” de la coordinadora gai-lesbiana de Barcelona, España. A este proyecto Arturo le dedicó mucho tiempo los primeros años, pues siempre consideró, por experiencia personal, la importancia del trabajo conjunto entre hijos y padres sobre el tema de la orientación sexual y de acompañar el proceso de aceptación de su orientación homosexual de esos jóvenes y adolescentes.

Lo trascendental de este proyecto radicó en que no estuvo en un espacio marginado o en las tinieblas de una discoteca, sino que tuvo el apoyo del Gobierno del Distrito Federal a través de su Sistema Integral para el Desarrollo de la Familia (DIF). Fue sin duda el primer proyecto de estas características acogido por una institución gubernamental. Hoy en día el proyecto continúa bajo el nombre de “Cuenta Conmigo, diversidad incluyente”, atiende a padres e hijos en el DIF del DF y se ha convertido en una organización civil autónoma.

Antes de finalizar la última década del siglo pasado, Díaz Betancourt trabajó arduamente en la incidencia política, asesorando a diputados y diputadas, funcionarios y funcionarias públicas de instituciones de salud, educación, justicia y órganos de derechos humanos.

En el Distrito Federal no se podrían entender los avances en derechos humanos sin su presencia y visión. Asimismo, la reflexión sobre la necesidad de una ley que otorgara derechos a parejas del mismo sexo, como es la Ley de Sociedades de Convivencia, de la cual él formo parte del equipo que ideó dicha ley.

En los años de esta primera década del siglo XXI, Arturo Díaz impulsó, junto con un grupo de intelectuales, académicos y activistas, liderados por Gilberto Rincón Gallardo, la creación del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) del que formó parte en su Consejo Consultivo hasta 2009.

Hay muchas otras cosas que hizo nuestro compañero Arturo Díaz que no relatamos en este breve escrito. Muchas de ellas pueden ser consultadas en páginas de Internet, en textos periodísticos y compilaciones académicas.

Arturo Díaz Betancourt con su activismo impactó muchas vidas gracias a su coraje y la indignación que lo caracterizó. Hoy, quienes lo conocimos, honramos la vida de nuestro compañero con alegría y con las convicciones que nos unieron. Estamos con él en este último adiós.

Les esperamos en la agencia funeraria López García, ubicada en la calle de General Prim 57 esquina con Versalles, colonia Juárez, México DF.

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