El PRD dio a conocer que su candidata por el distrito IV de Pachuca al Congreso será Edith Ibarra Jiménez, oscura líder de la Unión Fuerza Indígena y Campesina (UFIC) en esta ciudad, quien ha capitalizado su poder político gracias a las alianzas tejidas por su organización con el actual gobernador priísta de Hidalgo, Francisco Olvera Ruíz, desde que éste era alcalde de Pachuca e Ibarra regidora, hace apenas unos meses.
Ibarra, a quien por su tinte de pelo apodan «La guera», es la conocida dirigente de la UFIC como organización urbana-popular que afincó sus huestes en la popular colonia 20 de Novimebre, ubicada atrás del Cereso pachuqueño. Sus integrantes están condicionados sobre el favor que la perredista les ha otorgado, al brindarles un lote de terreno donde fincar una casa para vivir, algunas, hasta de 20 metros cuadrados, allanadas algunas sobre territorios particulares o en disputa legal que la organización se apropia al conocido estilo del paracaidismo.
Debido a ello, a finales de enero, la Procuraduría de Justicia del Hidalgo libró orden de aprehensión en contra de Edith Ibarra Jiménez por el delito de despojo agravado con el número de averiguación 12/DAP/1237/2010, y la líder de la 20 de Noviembre fue a parar al Centro de Readaptación Social de Jaltocan, en tanto, la Policía derrumbaba las casas construidas sobre los terrenos irregulares que la perredista, no obstante, rentaba como suyos. Más de 200 familias se quedaron desamparadas y sin hogar.
Enseguida, la UFIC corrió donde líderes nacionales del PRD, uno de ellos, el mismo Alejandro Encinas Rodríguez. No fue difícil convencerlos que todo aquello era una “persecución política” en contra de su líder, a quien pintaron como presunta mártir del izquierdismo más puro, más aún, cuando esta agrupación detenta las siglas del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Pachuca.
Pero lo que no dijeron, es que Ibarra y sus adiestrados, son en realidad un profuso grupo de choque al interior del perredismo hidalguense, que lo mismo compra elecciones, golpea y amenaza cuadros, al amparo de la corriente Nueva Izquierda que comanda el ex priísta José Guadarrama Márquez –saliente senador y postulando a diputado federal plurinominal-, e Isidro Pedraza Chávez, máximo dirigente de la UFIC y actual precandidato al Senado por el PRD; y más aún, actuando sigilosamente (y a veces no tanto) para beneficiar los poderosos intereses del PRI-Gobierno en Hidalgo, en una relación de constante negociación donde nadie nunca pierde, ni aún perdiendo, ya si se despojan terrenos o candidaturas.