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Hidalgo
viernes, abril 19, 2024

Apretar más en el puño la verdad del sufrimiento

 

 

Pero que no se equivoquen
los fabricantes del miedo,
ni prisiones ni cadenas
atemorizan al pueblo.

– Quilapayún

Pável Blanco Cabrera

No tenemos tiempo para el luto, ni para el desconcierto, pues es inmensa la tarea de cumplir a quienes mueren por un ideal y levantando las banderas del Partido Comunista de México.

Los camaradas Raymundo Velázquez Flores (Secretario General del Comité Regional del PCM en Guerrero), Samuel Vargas y Miguel Solano, asesinados en Guerrero, nos llaman a no descansar, a aguantar las lágrimas y transformarlas en acción para acelerar el día en que el pueblo de México pueda participar de la vida política, con garantías, sin temor a encontrar la muerte por suscribir cualquier ideología.

Nuestros camaradas no buscaban ser héroes ni mártires, buscaban contribuir con su militancia cotidiana al advenimiento del socialismo-comunismo, a la revolución que convertirá al pueblo trabajador, al proletariado, a los indígenas y campesinos pobres en el sujeto de la historia.

La acción criminal que cortó sus vidas tiene el sello paramilitar del asesor de seguridad de Peña Nieto, el general colombiano Oscar Naranjo, y busca inmovilizar y desmovilizar. Los responsables del crimen son los monopolios que ejercen el poder a través del Pacto por México. El Partido Comunista de México y la Liga de la Juventud Comunista ni se inmovilizan ni se desmovilizan, y confirman su estrategia de confrontar al poder de los monopolios.

Piensan los monopolios de la minería, canadienses o de cualquier nacionalidad (incluidos los mexicanos, los de Slim), que así más fácilmente podrán avanzar en el despojo de tierras, en el saqueo de los recursos minero-energéticos, en la explotación del trabajo asalariado, y se equivocan.

Piensa el gobierno que si el movimiento social no se subordina al Pacto por México -el nuevo PRONASOL-, si no es cooptado, debe ser liquidado para ejercer la dominación sin obstáculos, y se equivoca, pues el ansia de libertad y la necesidad de organización pueden ser frenados momentáneamente, pero tarde que temprano la lucha continúa. Y en ello el Partido Comunista cumple un rol: la organización será siempre nuestro objetivo vital, pues es la base de la lucha por la revolución socialista y la emancipación del pueblo.

Por eso no tenemos descanso.

De inmediato estamos emprendiendo acciones: en Guadalajara, Oaxaca, DF, Aguascalientes y en Guerrero.

Inmediatamente estamos recibiendo la solidaridad y el respaldo de partidos comunistas y obreros, de juventudes comunistas, de fuerzas revolucionarias. En Guayaquil, Ecuador, la JCE y el PCE protestarán frente al Consulado mexicano. Las Embajadas de México en Atenas y Madrid recibirán la protesta del KKE y del PCPE, respectivamente.

Estamos recibiendo mensajes de solidaridad de todas partes, individuales y colectivos, que nos confirman que no estamos solos.

Si quieren vernos los del gobierno pidiéndoles justicia, se equivocan. Ése es un recurso que no existe en este país. ¿Cuántos compañeros y compañeras de otras organizaciones no han sido asesinados, desaparecidos, torturados o privados de su libertad? ¿Cuántos trabajadores, como los del SME o los maestros, no se encuentran despedidos injustamente? No vamos a pedir lo que no existe porque no somos ingenuos; pero sí vamos a trabajar con más fuerza para el derrocamiento del capitalismo y por el poder obrero.

Si quieren vernos postrados se equivocan. Nunca hubo en la historia comunistas que se rindieran; por el contrario, en la adversidad los comunistas han cumplido siempre con su responsabilidad, y no por que tengan vocación de mártires sino porque sus convicciones son profundas e inquebrantables.

Si quieren que nos “aceleremos” se equivocan. Tenemos la cabeza fría y muy claros los ritmos de la táctica, las precondiciones para el ejercicio de cualquier forma de lucha, y ya es conocido que no renunciamos a ninguna, que reivindicamos todos los caminos para acelerar el día de la victoria.

Si quieren que olvidemos se equivocan, no vamos a olvidar, y los nombres de los mártires del 4 de Agosto de Coyuca de Benítez nos acompañarán en la lucha para tomar la justicia, para vencer, para triunfar en la lucha de clases contra la burguesía que tantos crímenes e injusticias ha causado a los trabajadores mexicanos.

Acusamos recibo del mensaje del Estado mexicano y del poder de los monopolios.

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