Se convirtió en la primera persona en gobernar Pachuca sin provenir de un partido político. Y fue la tercera mujer en hacerlo, aunque sí, la primera feminista. De tal modo que, en el muro de los exalcaldes, luce en su sitio más actual a una mujer de cabellos rubios, sonrisa irreverente y un pañuelo púrpura con la consigna “Transición Violeta 2020”, tal cual se le conoció al periodo de cien días en los que Tania Meza mandó en la capital de Hidalgo.
No fue electa por la ciudadanía, pues no llegó al cargo por el voto popular, sino por una circunstancia política sin precedentes en la historia de Pachuca. A causa de la pandemia propiciada por el COVID-19, las elecciones que habían de celebrarse en julio de 2019 se pospusieron al 14 de diciembre de ese año, no sin antes sufrirse meses telúricos en el sistema político local como, por ejemplo, que los Ayuntamientos vigentes debían por ley abandonar el cargo el 5 de septiembre. Se trababa de ochenta y cuatro alcaldías que no podían y no debían quedarse sin alguien que las gobernara. ¿Qué diablos iba a pasar?
Fue entonces que el Congreso del Estado echó mano de una medida perdida y jamás requerida en la Constitución hidalguense: a falta de autoridades electas, esa soberanía tiene la facultad de elegir Concejos Municipales para la administración pública, en este caso, de los poderes municipales. Y para estos debieron elegir a personas notables de la comunidad y, dadas las tensas circunstancias, sin filiación partidaria. Fue entonces que, de entre algunas opciones, algunas destacables y otras no tanto, emergió el nombre de Tania Meza, académica, doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y reconocida activista quien, apenas un año antes, había sido reconocida con la Medalla al Mérito en Derechos Humanos otorgada por el ombudsperson estatal.
“No me lo esperaba, aunque siempre había hecho política, nunca busqué un cargo público”, dice Tania Meza, ataviada con bordados característicos que porta orgullosa por su sangre Tepehua de herencia familiar. “Pero esta es mi ciudad, aquí nací y crecí. Tenía qué aprovechar la oportunidad de hacer algo por ella. Y si el Congreso había confiado en mí, sólo podía ponerme a trabajar intensamente”.
Al cabo de cien días, su administración fue reconocida por haber hecho más que un Gobierno de cuatro años. Tapó baches, armonizó reglamentos con los derechos humanos, dio refugio a las poblaciones callejeras, creó la primera Secretaría de las Mujeres municipal, llevó agua limpia a las comunidades, adquirió patrullas, formó la primera oficina de atención a la Diversidad Sexual desde el Gobierno e implementó un exitoso sistema de recaudación basado en descuentos a adultos mayores. Llegado el punto, ¿qué le depara a esta figura emergente de la política hidalguense? Sobre ella se posan altas expectativas.