Treinta y dos periodistas han sido asesinados en los últimos tres años en México. La cifra supera los crímenes contra la libertad de prensa de países en guerra como Siria. La comparación no es menor. La realiza ni más ni menos que la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos en la nación.
En la última semana, los reporteros Alfonso Margarito Martínez Esquivel y José Luis Gamboa Arenas fueron acribillados. El primero, fue abatido a balazos frente su casa el lunes 17 de enero en Tijuana, Baja California; el segundo, fue acuchillado en Veracruz.
Estos asesinatos «son un doloroso recordatorio de la alarmante violencia dirigida contra la prensa en México», dijo Guillermo Fernández-Maldonado, representante de la ONU-DDHH en México. El funcionario demandó que deben esclarecerse estos crímenes, investigarse los motivos y castigar a los responsables materiales e intelectuales.