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viernes, julio 26, 2024

El nuevo aeropuerto y la fragilidad ambiental del sur de Hidalgo

En estos días previos a la llegada de la primavera, sobre el Valle de México se cierne una capa gris, que como si fuera nata, se desparrama sobre los cerros que sobresalen en la extensa llanura. Parece niebla, pero quizá no lo sea del todo.

En el extremo sur de la ciudad de Pachuca, muy cerca de la comunidad de Téllez, desde hace una década se han instalado decenas de fraccionamientos que conviven con algunas naves industriales.

Por el rumbo  es posible observar algunas compañías concreteras, constructoras, y de logística del transporte, que conforman un clúster con las minas de arena que todos los días explotan cientos de camiones de carga que circulan por el camino a Téllez y que llegan a San Pedro Tlaquilpan, donde se encuentran los yacimientos a cielo abierto.

Ese es el panorama que domina ese espacio del sur de la Zona Metropolitana de Pachuca y que al mismo tiempo forma parte de la continuidad de la mancha urbana del Valle de México. Un lugar que se encuentra a escasa media hora en automóvil respecto al nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles, en el municipio de Tecámac, que se inaugurará este mismo mes de marzo, según ha adelantado el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La construcción del nuevo aeropuerto agregará otro factor de presión a esa zona y al sur de Hidalgo, ya de por sí contaminado por la existencia de un corredor industrial entre los municipios de Tizayuca (Hidalgo) y Tecámac (Estado de México), que antes de la edificación de la nueva terminal aérea, ya eran una de las zonas con mayor crecimiento poblacional y urbano. Un dato nos da una idea de la dinámica demográfica de la zona: la población de Tizayuca creció 72.7% de 2010 a 2020, según Data México. 

La inminente operación del nuevo aeropuerto acelerará aún más el crecimiento de la región con el consecuente impacto ecológico, lo que las autoridades deben tomar en cuenta para planear de mejor manera la expansión urbana.

Uno de los factores que deben atender las autoridades es la sobreexplotación del acuífero que abastece al sur de Pachuca y norte del Valle de México. Según el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial de Hidalgo (POETH), publicado el pasado 25 de febrero en el Periódico Oficial del Estado de Hidalgo, el acuífero Cuautitlán-Pachuca tiene un déficit hídrico de -106.04, factor que empeorará si no se toman las medidas para protegerlo.

En esa zona, además del nuevo aeropuerto capitalino, hay otros megaproyectos que ya impactan las reservas de agua subterráneas, entre ellos la zona industrial Platah y el Centro de Distribución de Farmacias Guadalajara. 

Una de las medidas que prevé el gobierno federal para atenuar la escasez es traer agua  desde el Valle del Mezquital, lo cual ya puso en alerta a las comunidades que viven en esa zona de Hidalgo.

Pero también es menester atender la contaminación atmosférica, que hoy cubre de gris el corredor urbano que florece en torno a la autopista México-Pachuca y que tiene uno de sus nodos justamente alrededor de Téllez, en el sur de Pachuca.

El gobierno federal y sus pares locales están a tiempo de planear el crecimiento que vendrá en los próximos años. Antes de que las extensas llanuras que aún se pintan de verde en verano sean cubiertas de ese gris que se desparrama por todo el Valle de México.

@YorchAromero

Jorge A. Romero
Jorge A. Romero
Periodista hidalguense. Director editorial de La Jornada Hidalgo.

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