PACHUCA — En su gira por la región Huasteca, otra vez Carolina Viggiano Austria emitió un comentario desafortunado sobre el papel de las mujeres en la vida pública.
La candidata a la gubernatura de Hidalgo por la coalición «Va X Hidalgo», expresó: «su amiga Carolina Viggiano tiene las suficientes faldas para defenderlos a todos», ante un grupo de personas que la escuchaba.
¿Y qué significa tener «las suficientes faldas» y qué intentó decir con eso la candidata?
La frase hace un paralelismo con «tener suficientes pantalones», enunciado que expresa algo parecido a tener fuerza o determinación, lo cual está asociado a ser hombre (porque se ha impuesto que los hombres son quienes visten pantalones).
Es una frase que, en su modo tradicional, expresa machismo puesto que los pantalones están relacionados a una idea de «fuerza» y, en contraste, las faldas se asocian «debilidad».
Así, al decir «suficientes faldas», Carolina Viggiano Austria encasilló a las mujeres en un estereotipo anacrónico relacionado a la idea de que son las mujeres quienes llevan falda y por consiguiente, no pantalón.
Quizás, la candidata buscó decir que ella tendría la determinación para cumplir sus promesas. Y pudo decirlo. Pero eligió una frase puritana: las faldas a las mujeres y los pantalones a los hombres. Porque, se puede suponer, Viggiano Austria no pensó en un hombre al decir «tener suficientes faldas».
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Más adelante en su discurso, la candidata de «Va X México» relacionó la vida de las mujeres con la noción de familia, como si no fuera posible asociarlas con algún otro aspecto de la realidad social.
Dijo: «Las mujeres tenemos palabra. Nos levantamos muy temprano y nos dormimos tarde para dejar todo listo a la familia».
Pero, habiendo muchos ejemplos sobre la calidad del compromiso de las mujeres en la vida pública, Carolina Viggiano Austria eligió referirse a la familia, que sí, es cierto, son las mujeres las que en su mayoría llevan la responsabilidad familiar; pero la gran mayoría también, son mujeres que cumplen dobles o triples jornadas de trabajo (además del trabajo doméstico), enfrentando así condiciones de desigualdad.
Pudo criticar esas desigualdades. Pudo hablar, incluso, de los graves problemas de violencia y discriminación que enfrentan esas mujeres (más aún las mujeres de la Huasteca) al interior de sus familias. En cambio, alaba el problema, con lo cual romantiza esa desigualdad en vez de proponer políticas públicas para garantizar relaciones igualitarias y democráticas al interior de las familias.
El discurso de Carolina Viggiano es conservador. Y es un despropósito para quien, líneas después, dijo que «como representante de ese sector trabajará para mejorar las condiciones de las hidalguenses». Bueno, más que un despropósito, francamente es un peligro para los derechos de las mujeres de Hidalgo.