Es una excelente noticia que la secretaría de gobierno del estado, a través de su dirección general de derechos humanos, haya abierto una oficina para atender las necesidades y problemas de la diversidad sexo-genérica hidalguense. Los rezagos son muchos, el odio impera, los crímenes se cometen a diario (se sepan o no) y la ultraderecha arrecia para frenar las pocas garantías que esta población le ha arrebatado al poder a lo largo de años de lucha.
La reivindicación del derecho primario de la población LGBTTTIQA+ al acceso a una buena administración pública apenas comienza. Hay todo un siglo por hacer. Sin embargo, era deseable que esta oficina fuera titulada por una persona afín a los principios del nuevo régimen. Alguien que, al menos, no hubiera participado en la campaña de Carolina Viggiano Austria, adversaria electoral del gobernador Julio Menchaca. Consta que dentro de Morena existen cuadros que llevan años picando piedra, desde la izquierda y desde la diversidad. Pudieron ser consideradxs. Y ahí seguirán, en la causa, como antes, como siempre. Ojalá que les tomen en cuenta para futuros proyectos. Sería un necesario acto de justicia política y congruencia ideológica.
Y ahora lo que viene. La agenda sexo-genérica es sumamente amplia. La nueva dirección que busca atenderla, primero, tiene el reto de demostrar que puede hacer algo más que organizar la marcha del orgullo y otro tipo de fiestas. Por ejemplo: darle seguimiento a la larga lista de crímenes por resolver en contra de la población, comenzando por el trans-feminicidio de Gaby Ortíz, estilista de Ixmiquilpan, asesinada cuando comenzaba el año. En ese sentido, sumarse a las iniciativas nacionales para detener y prevenir el odio contra las personas trans y no binarias. Trabajar en la creación de una estructura transversal de leyes y políticas que le garanticen a la población LGBTTTIQA+ derechos elementales como el acceso a la salud especializada con clínicas públicas y de calidad; el acceso al trabajo y la no discriminación en centros laborales; educación pública y de calidad y capacitación sin estereotipos; protección de las infancias trans en todo el ámbito estatal; baños públicos inclusivos en todas las dependencias gubernamentales, incluidas las escuelas, esto, por citar algunos temas inmediatos.
Hidalgo cuenta con una base de leyes que pueden impulsar todo lo anterior. Somos de los pocos estados en contar con una ley de rectificación de identidad para las personas trans. Una ley de identidad no binaria. Además de que en la constitución se garantiza la prohibición de todo tipo de discriminación por orientación sexual e identidad de género. Y lo más importante: la nueva dependencia cuenta con el favor de Guillermo Olivares, secretario de gobierno, quien ha demostrado ser un funcionario consciente de que el poder es para avanzar en los derechos humanos. Además, es un político que abraza como pocos los principios de la cuarta transformación en la administración pública estatal. Esto es una garantía. De modo que tiene todo para ser una oficina exitosa; a la altura de las necesidades y de su población. Confío en ello. La apertura de esta dirección es un paso en el camino correcto.