Si, fue un momento histórico; pero queda la duda: ¿»Histórico» porque ha sucedido una vez para no repetirse, o «histórico» en el sentido de que ha ocurrido para cambiar la historia que continúa?
Porque si celebramos que, por primera vez, una mujer da el Grito de Independencia, puede que solo sea para vanagloriarnos; así, a la vuelta, seguiremos perpetuando la discriminación sistemática contra las mujeres en política, alabándoles en público pero marginándoles en privado, considerándoles no por convicción, sino, nada más, porque así lo mandata la Ley de Paridad de Género.
En cambio, puede ser que sí: observar a Claudia Sheinbaum arengando al pueblo este 15 de septiembre, haya inflamado los ánimos de igualdad en los hombres que hoy detentan el poder, y les mueva a allanar el rumbo para que una mujer de izquierda gobierne, sin que ello le cueste a ella tener que detenerse a quitar las piedras que el patriarcado le pone enfrente.
Puede ser que los hombres de Morena que llevan meses con la mano levantada diciendo «me toca», acaben por bajarla inspirados en lo que una mujer —repito: mujer de izquierda— es capaz de lograr.
¿Será, pues, «histórico» en ese sentido el Grito de la primera mujer presidenta?¿Se consolidará el «Tiempo de Mujeres»? ¿O habrá sido nada más otro día en el calendario de los políticos machines?