El oxímetro no registraba lectura. Nadie supo cuánto tiempo, Don Armando, de 65 años, llevaba tirado sobre unos cartones mojados en la Construplaza, empapado, temblando, entumecido, sin poder moverse. La llama de su vida se apagaba lentamente, por la noche del sábado seis de septiembre. Una noche lluviosa.
La cuadrilla de la Asociación Por los Derechos Humanos y la Inclusión recibió el reporte poco antes de las veinte horas. Lo encontraron consciente, pero no del todo lúcido. Aun así, pudo describir algo de lo que le ocurría: “Frío”, dijo con un hilo de voz. Sus labios ya estaban pálidos y amoratados. Le tomaron signos vitales: Temperatura: 28 grados. Ritmo cardiaco: 102 LPM. Y el oxímetro mostraba “error” y seguía sin ofrecer una lectura.
Sin embargo, su presión arterial era muy alta: 210 / 135. Al grupo que lo socorría le quedó claro que, además de la hipotermia, Don Armando estaba sufriendo una crisis hipertensiva, por lo cual aplicaron técnicas básicas de supervivencia para poder estabilizar su temperatura. Le cambiaron la ropa. Toda la ropa. Lo cubrieron y llamaron enseguida al 911, donde el operador 64 asegura que enviará ayuda. La asociación continúa rescatándolo. Le dan suero rehidratante, formula Ensure, y van monitoreando sus signos vitales cada media hora. Así, llegan las 23 horas. Pero la ayuda que el operador 64 había prometido no llega.
Una patrulla de la policía violeta de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo, con placas HG757A4, pasó junto a la calle en la cual desfallecía Don Armando. El grupo de activistas le hacen señas, le ruegan ayuda, pero el vehículo sigue de frente. Y la ayuda médica no llegaba; de hecho, nunca llegó. Así, dieron las dos de la madrugada del domingo siete. Hasta entonces, el grupo logra estabilizar los signos vitales del hombre. Le han salvado la vida.
“Quisimos hacer algo, pero se pusieron muy violentos”
No tenía que ocurrir nada de esto. Don Armando lleva muchos años rondando la Construplaza, una zona comercial donde hay bancos, clínicas, tiendas departamentales, pastelerías y un Starbucks al que pasan todas las mañanas autos a comprar un café de más de 150 pesos, entre los que se llegan a ver Mercedes Benz, Audis y Porches.
Quienes aquí trabajan, quienes por aquí pasan, le tienen cariño a Don Armando. Él les ayuda a vigilar los comercios; le echa ‘aguas’ a los tráileres; limpia los taxis, carga bolsas, lo que sea para ganarse unas monedas y sobrevivir. A cambio, la gente le construyó una casita, por así decirlo; un refugio con tubos y láminas, cobijas y algo más, lo suficientemente fuerte para resistir la lluvia, el frio y la noche. Pero el día cinco de septiembre, personal de la Secretaría de Obras Públicas del Ayuntamiento de Pachuca, derribó su refugio. Al día siguiente, Don Armando estuvo a punto de pagar con su muerte, la maniobra de las autoridades que, así, se preparaba para “arreglar la calle”.
―Quisimos hacer algo, pero se pusieron muy violentos ―comenta un vecino del lugar, refiriéndose al personal del Ayuntamiento―. No se dieron cuenta que el señor está en gravedad y aparte está mal de salud. No les perjudicaba en nada. ¿Qué ganaron? Y más en tiempo de lluvias. No ganaron nada. Simplemente que el señor está en riesgo su vida ahorita.
“Es una persona que nos ayuda a todos, ayuda a los puestos, ayuda a los tráileres, él está a la sobrevivencia. Ya tiene mucho tiempo aquí. Es una persona muy buena onda. Nosotros veníamos y lo checábamos y lo podemos ayudar en lo que se pueda.
“Pero esto que hicieron es lo que no es lo que supuestamente el presidente (municipal de Pachuca, Jorge Alberto Reyes Hernández) dijo que iba a ayudar al adulto mayor, no es cierto; lo está perjudicando y lo está desmadrando”.
Otro vecino da detalles de lo que pasó:
―Fue ayer como a las cuatro y media de la tarde. No le dijeron que se lo iban a llevar. Nomás dijeron ‘lo levanto y ya’. Porque así nos dijeron que el lunes, según ya iban a arreglar la calle y luego otra vez regresó el chavo y dijo ‘martes o miércoles’.
―¿Alguien habló con él, alguien le dijo que iban a tirar sus cosas?
―No, nadie.
―¿Y él estaba presente cuando le tiraron sus cosas?
―Ajá. Les dijo que si les dejaban los tubos para después armarla y no le quisieron dejar los tubos; se los llevaron.
Con voz que retumba entre sus dientes, el vecino reclama: “Si algo le pasa, nos vamos sobre lo que venga”.
Faenas de la transformación: «limpieza social«
De acuerdo con la Asociación por Inclusión y los Derechos Humanos que dirige Pamela Álvarez Tovar, estas prácticas de destrucción de refugios y desplazamiento forzado de poblaciones callejeras son comunes por parte del Ayuntamiento de Pachuca.
Tanto la obra pública, como la estrategia se recuperación de espacios públicos llamadas Faenas de la transformación, han desplazado hasta un total de 97 refugios de poblaciones callejeras; es decir, lonas, cartones, palos y otros enseres que podrían pasar como basura, pero que significan el único patrimonio posible para estas personas, con lo cual se protegen del clima y la violencia. Así, como Don Armando lo hacía.
Los principales puntos de “limpieza” donde han ocurrido desplazamientos forzados son las colonias Santa Julia, los alrededores del Hospital General, la Ciclovía en las inmediaciones de la Preparatoria 1, la colonia Matilde y el barrio Nueva Estrella.
Esto parece poco, si se lee como una lista. Pero, de acuerdo con levantamiento de información de la Asociación por la Inclusión y los Derechos Humanos, estos desplazamientos forzados han provocado la desaparición de once personas en situación de calle, cifras de horror que se suman a las 18 muertes registradas de poblaciones callejeras en Pachuca.
Antes de desplazarlos forzadamente deberían establecer políticas públicas para evitar y contener la problemática ―comenta Pamela Álvarez Tovar, directora de la asociación―. Moverlos por una “mala imagen” no desaparece la problemática, solo la potencializa y lleva la muerte a la calle.
Luego de salvarle la vida a Don Armando, a la fecha, la Asociación por la Inclusión y los Derechos Humanos continúa con el trabajo de reinserción y búsqueda de sus familiares
Consultada por el reportero sobre la política oficial de la alcaldía sobre poblaciones callejeras, la secretaria de Desarrollo Social del Ayuntamiento de Pachuca, Isabel Vite Cruz, comentó en entrevista que no tiene registro de desplazamiento forzado, ni de destrucción de refugios durante las 42 ‘Faenas de la transformación’ realizadas por la Presidencia Municipal en el último año de la administración del alcalde Jorge Alberto Reyes Hernández, quien, por cierto, este miércoles 10 rindió su informe de labores en un evento que costó más de 460 mil pesos, según él mismo reconoció diciendo: “es poco”.
“La instrucción (de Reyes Hernández) es salvaguardar los derechos de todas las personas que se encuentren en situación de vulnerabilidad”, comentó y agregó que la secretaría bajo su responsabilidad actúa conforme a sus competencias, canaliza las problemáticas y según “el reglamento”, aunque no dio detalles de cuales son estas acciones.